Bernhard Cociancing ha tardado dos años en venir al taller residencia a consecuencia de las restricciones derivadas de la pandemia de la covid-19, pero al fin ha llegado a la isla de Gran Canaria, que tanto le ha gustado.
Bernhard es un artista austríaco que durante cuarenta años se dedicó a la industria del petróleo como ingeniero. Artista autodidacta que se graduó 2018 en Bellas Artes en el Viena Art School, un deseo que tuvo desde su juventud y que no pudo realizar antes. Su principal interés es el arte gráfico, y, sobre todo, los procesos más seguros para los grabadores y el medio ambiente. También está claramente interesado en la conservación de la naturaleza. Puede verse en su página web los temas que trata en sus obras y los procesos gráficos en los que está interesado: linóleo, grabado calcográfico, serigrafía y un proceso de litografía sobre madera Mokulito, incluso ha escrito un informe sobre la técnica en inglés, que yo me he atrevido a traducir al español. Durante su estancia me ofreció generosamente una práctica muy interesante de esta técnica.
Bernhard ya había practicado el grabado electrolítico desde hacía algunos años. Al parecer compró mi manual en inglés, cuando aún se podía conseguir en papel en Amazon.com (hoy sólo se puede conseguir en formato Kindle). Instaló una pequeña unidad de grabado electrolítico con la que practicó la electrólisis sobre varios metales (acero, aluminio y zinc) y con diferentes electrólitos (mordientes). Estas experiencias le hicieron tomar contacto conmigo y planeó su estancia con antelación para practicar en mi taller los procesos electrolíticos que yo trabajo.
En realidad B. Cociancing se comportó en mi estudio como un experimentador, no buscaba realmente hacer “estéticas obras de arte” prefirió ensayar procesos que no conocía y alguna que otra variante. Practicó sobre planchas de cobre líneas sobre barniz líquido (duro) de charbonnel, las zonas tonales (electrotintas) de mordidas abiertas, sin pulverizaciones de asfalto ni resina. También probó la tinta de grafito como barniz (incluso preparó una mezcla con polvos de grafito que dio buen resultado) y la manera negra sobre una plancha cuya superficie se graneó por galvanización.
Creo que Bernhard se ha ido muy satisfecho de su experiencia gráfica y sus visitas a diferentes lugares de la isla.
Fotos en el taller
Bernhard Cociancig habla sobre su experiencia en el taller-residencia.
En mi búsqueda de métodos de impresión y recursos innovadores, experimentales, y respetuosos con el medio ambiente, encontré la técnica del grabado electrolítico hace un tiempo: excepto el libro de Alfonso Crujera (que lamentablemente está descatalogado, solo puede adquirirse en versión Kindle), la información disponible públicamente era escasa y relativamente imprecisa, pero con la poca que tenía en la mano comencé mis primeros intentos unos meses antes del estallido de la pandemia. Después de haber construido mis propias cubetas verticales y la adquisición de un transformador, comencé mis primeras pruebas de grabado electrolítico, inicialmente con planchas de cobre, pero luego amplié las pruebas a otros metales (acero, aluminio y zinc). Los resultados resultaron ser bastante alentadores y, en particular, los trabajos en acero llegaron a convencerme de que era posible lograr buenos resultados con este material relativamente barato sin necesidad de productos químicos peligrosos (ácido nítrico). Para perfeccionar mis conocimientos sobre grabado electrolítico, reservé una estancia en el taller de Alfonso para el otoño de 2020, pero llegó la pandemia y tuvimos que posponer los planes (como tantas otras cosas). Después de un “retraso” de unos dos años, llegué a Gran Canaria, al estudio y a la casa de Alfonso y su esposa Amparo en San Felipe en la costa norte de la isla en octubre de 2022.
Alfonso me recogió en el aeropuerto, y de camino a la residencia se podía ver lo impresionantes que son los alrededores del estudio (y su casa). La vista desde aquí del Atlántico es simplemente alucinante y el oleaje proporciona permanente un fondo a la impresión visual. Alfonso y Amparo, su hijo y su familia, así como numerosos amigos hicieron que la estancia fuera de lo más intensa. Y, por supuesto, Alfonso añadió muchos de sus trucos del oficio a mis experiencias ya realizadas en grabado electrolítico que con mucho gusto me llevaré a casa. Me alegró especialmente que Alfonso estuviera interesado en otra técnica alternativa de grabado, Mokulito, que sigo y practico desde hace bastante tiempo: ¡incluso estuvo dispuesto a traducir mi descripción del proceso al español! Después de buscar un contrachapado adecuado, pudimos hacer una breve demostración de este proceso.
Aparte del trabajo en el estudio, tuve la oportunidad de ver las vistas de Gran Canaria y solo puedo recomendar a todos los artistas que reserven unos días durante su estancia para hacer un poco de turismo por esta gran isla.
HAPPY PRINTING
Grabados de Bernhard Cociancig
Página web de Bernhard Cociancig
Segunda estancia de Bernhard Cociancig en el taller residencia en 2023