La canadiense Gabrielle Castonguay es la primera artista pospandemia que llega a nuestra residencia. No tuvo que esperar a que las condiciones sanitarias cambiaran para asistir a nuestro programa de grabado electrolítico, tomó contacto con nosotros en abril y ha estado durante dos semanas de agosto. No ha venido sola, la acompañaron su marido y su hijo, y como nuestra residencia no tiene condiciones para alojar a una familia han alquilado un apartamento cerca del estudio.
Gagrielle Castonguay no es una artista grabadora, su arte es el esmalte sobre planchas de cobre, pero su trabajo requiere morder el metal*. Y por eso está aquí: quiere aplicar la electrólisis a sus planchas que posteriormente esmaltará en su taller de Montreal.
También tenía mucho interés en aprender a grabar y estampar algunas planchas, así que estuvo practicando nociones básicas del grabado electrolítico: cómo humedecer el papel, entintar e imprimir.
En cuanto a las técnicas y procesos que Gabrielle pudo practicar fueron: líneas sobre barniz duro, electrotinta de mordida abierta, líneas sobre barniz de tinta de grafito y también con este barniz zonas tonales. Pero como su interés era sobre todo aplicar en un futuro esmalte necesitaba mordidas profundas y de gran relieve, aplicando protectores del mordiente bastante resistentes como plásticos autoadhesivos y rotuladores al óleo de Sharpie. Así que grabó y galvanizó planchas durante largos periodos de tiempo. Muchas de estas planchas no se estamparon o se imprimieron gofrados como pueden verse en las muestras que se exponen en esta página un poco más abajo.
Ahora esperamos que pueda esmaltar estas planchas con éxito y podamos ver sus resultados. Gracias Gabrielle por arriesgarte a buscar alternativas electrolíticas para grabar tus planchas y aplicar la técnica del esmalte.
*Pueden ver su página web en el link que hay al final de esta página.
Fotos en el taller
Gabrielle Castonguay habla sobre su experiencia en el taller-residencia.
¡Sin miedo! Esto es lo que me decía Alfonso cada vez que no estaba segura de qué hacer.
Y así fue exactamente para mí este taller “Sin miedo”.
Vine al estudio de Alfonso Crujera porque tenía muchas dudas sobre el grabado electrolítico. Soy un artista multidisciplinar que trabaja principalmente con esmalte sobre metal. Asistí a este taller para ampliar las posibilidades en mi práctica artística. No estaba preparada para la experiencia increíblemente rica que me proporcionaron. Me reuní con un artista generoso, un hombre que realmente me recibió con interés y que abrió su estudio las veinticuatro horas del día para que yo explorara, ¡qué generoso es eso! Alfonso es un maestro de su arte y un gran profesor que trabajó conmigo durante dos semanas para adaptar los procesos específicamente para mi práctica. Aprendí mucho y en un ambiente muy agradable. Continuamente me sentí acogida como ser humano pero también como artista en su exploración. Alfonso siempre se tomó el tiempo para comentar conmigo y asegurarse de que pudiéramos encontrar el mejor ángulo de trabajo para mis necesidades particulares como esmaltadora. Durante dos semanas, estuve en un lugar seguro para explorar, experimentar, cometer errores: aprender sin el peso del rendimiento. Con su gran experiencia y solidez en el tema del grabado electrolítico, Alfonso ha construido un enfoque integral para demostrar la amplia gama que este proceso puede ofrecer. Lo dejó muy claro y estaba muy bien estructurado. Conocí en él a un maestro verdaderamente apasionado y una guía excepcional.
Aunque Alfonso es generoso, su estudio también es asombroso: abierto, espacioso, limpio, perfectamente organizado y completo con todas las herramientas posibles que pueda desear. También fue donde Alfonso ha elaborado meticulosamente a lo largo de los años una visión clara y una dedicación para hacer del mundo un entorno mejor y más saludable. Es un apasionado y consciente de la ecología y los cambios que está experimentando nuestro planeta, y es constante en sus acciones para protegerlo. Alfonso definitivamente está ansioso por compartir su búsqueda a largo plazo para hacer de su estudio un entorno creativo y no tóxico.
La ubicación del taller es un sueño, tan perfecto para el trabajo como para la contemplación, situado en la ladera de una colina entre las montañas y el mar. Le estoy muy agradecida porque se mostró genuinamente abierto a brindarme consejos, información e inspiración para hacer de mi estudio un lugar mejor y más saludable para ejercer mi arte.
Ahora estoy de vuelta en Montreal, en mi estudio, y estoy mirando las planchas de metal y las impresiones que hice en dos semanas y es inmensa la extensión del trabajo realizado. Sin embargo, fue su compañía y la compañía de su encantadora familia lo que hizo de esta una experiencia completa, artística, de vida, felicidad y, espero, de amistad ¡y sinceramente me encantaría volver!
Grabados y planchas de Gabrielle Castonguay
