Lynda Powney, licenciada en Educación por la Universidad de York y en Grabado por el Bradford Art College, tiene experiencia como educadora de arte para adolescentes y ha realizado numerosos cursos de pintura y grabado. Es una artista a la que le gusta especialmente la manera negra o mezzotinto. Durante tres semanas ha estado iniciándose en los procesos de grabado electrolítico. Curiosamente, a Lynda le gusta trabajar con placas pequeñas, aunque cargadas de mucha información.
A lo largo de su estancia en el taller se ha informado sobre cómo instalar una unidad de grabado electrolítico con seguridad y sin riesgo. Ha trabajado líneas sobre barniz duro, zonas tonales (electrotinta) de mordida abierta, así como líneas y electrotinta sobre barniz de tinta de grafito y barniz para grabado Big*, ambas técnicas muy versátiles. Asimismo, se ejercitó tanto en el grabado electrolítico semiseco como en el electrolítico pasivo, donde la plancha de zinc es tallada y la plancha de cobre galvanizada. Además, practicó líneas galvanizadas sobre plancha de cobre. Como está muy interesada en la manera negra aprendió a granear las citadas planchas utilizando la mordida o corrosión en el polo positivo y el graneado por galvanización en el polo negativo.
Espero y deseo que su iniciación en este taller le sea útil para instalar en el suyo una unidad de grabado por electrólisis y que siga experimentando estos procesos.
* Big etching ground, producido por Andrew Baldwin en Trefeglwys Print Studio, Gales, UK., es uno de los grandes avances en la línea de barnices más seguros para los grabadores y el medioambiente, con gran efectividad y versatilidad.
Fotos en el taller
Lynda Powney habla sobre su experiencia en el taller-residencia
Nunca olvidaré la llegada a la residencia de Alfonso y Amparo al entrar en el estudio de grabado. La belleza del lugar arropada por su amable amistad lo contagia todo.
Al principio me sentí bastante abrumada por el equipamiento… Después de todo, ¡siempre se nos ha dicho que el agua y la electricidad no combinan! Sin embargo, una vez inmersa en el proceso de aprendizaje, Alfonso me dio la confianza necesaria para manejarme. Al desarrollar las nuevas técnicas en el taller, lo hice bajo su supervisión y después las practiqué fuera de clase.
Los diferentes procesos y resultados son fascinantes. La mordida es totalmente diferente a los efectos obtenidos mediante técnicas de grabado con ácido y los materiales son más fáciles de usar (tienen un menor impacto sobre los recursos naturales). Me impresionó especialmente el barniz Big, una nueva opción para el aguatinta. También es muy interesante el graneado de planchas para mezzotinto.
Con lo que he aprendido en esta residencia, me siento segura para montar el equipo en mi propio estudio. Voy a abandonar la pintura para retomar el grabado, utilizando dichos procesos en el futuro. En caso de que me surja algún problema, llamaré por teléfono a Alfonso y creo que es muy probable que regrese a Gran Canaria.
Un amigo me preguntó si me estaba planteando otra residencia el próximo año y mi respuesta fue afirmativa. Cuando me apuntó dónde iría, me quedé un poco perdida sin saber qué responder... ¡Acababa de hacer LA MEJOR residencia con Alfonso Crujera!
Grabados de Lynda Powney
